martes, 19 de octubre de 2010

- Revolucion Mexicana -

La Revolución mexicana fue un conflicto armado que tuvo lugar en México, dando inicio el 20 de noviembre de 1910. Históricamente, suele ser referido como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México.
Los antecedentes del conflicto se remontan a la situación de México bajo el Porfiriato. Desde 1876 el general oaxaqueño Porfirio Díaz encabezó el ejercicio del poder en el país de manera dictatorial. La situación se prolongó por 34 años, durante los cuales México experimentó un notable crecimiento económico y estabilidad política. Estos logros se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz. Durante la primera década del siglo XX estallaron varias crisis en diversas esferas de la vida nacional, que reflejaban el creciente descontento de algunos sectores con el Porfiriato.
Cuando Díaz aseguró en una entrevista que se retiraría al finalizar su mandato sin buscar la reelección, la situación política comenzó a agitarse. La oposición al gobierno cobró relevancia ante la postura manifestada por Díaz. En ese contexto, Francisco I. Madero realizó diversas giras en el país con miras a formar un partido político que eligiera a sus candidatos en una asamblea nacional y compitiera en las elecciones. Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia y Madero fue arrestado en San Luis Potosí por sedición. Durante su estancia en la cárcel se llevaron a cabo las elecciones que dieron el triunfo a Díaz.
Madero logró escapar de la prisión estatal y huyó a los Estados Unidos. Desde San Antonio proclamó el Plan de San Luis, que llamaba a tomar las armas contra el gobierno de Díaz el 20 de noviembre de 1910. El conflicto armado tuvo lugar en primera instancia al norte del país y posteriormente se expandió a otras partes del territorio nacional. Una vez que los sublevados ocuparon Ciudad Juárez (Chihuahua), Porfirio Díaz presentó su renuncia y se exilió en Francia.
En 1911 se realizaron nuevas elecciones donde resultó electo Madero. Desde el comienzo de su mandato tuvo diferencias con otros líderes revolucionarios, que provocaron el levantamiento de Emiliano Zapata y Pascual Orozco contra el gobierno maderista. En 1913 un movimiento contrarrevolucionario, encabezado por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta, dio un golpe de Estado. El levantamiento militar, conocido como Decena Trágica, terminó con el asesinato de Madero, su hermano Gustavo y el vicepresidente Pino Suárez. Huerta asumió la presidencia, lo que ocasionó la reacción de varios jefes revolucionarios como Venustiano Carranza y Francisco Villa. Tras poco más de un año de lucha, y después de la ocupación estadounidense de Veracruz, Huerta renunció a la presidencia y huyó del país.
A partir de ese suceso se profundizaron las diferencias entre las facciones que habían luchado contra Huerta, lo que desencadenó nuevos conflictos. Carranza, jefe de la Revolución de acuerdo con el Plan de Guadalupe, convocó a todas las fuerzas a la Convención de Aguascalientes para nombrar un líder único. En esa reunión Eulalio Gutiérrez fue designado presidente del país, pero las hostilidades reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo. Después de derrotar a la Convención, los constitucionalistas pudieron iniciar trabajos para la redacción de una nueva constitución y llevar a Carranza a la presidencia en 1917. La lucha entre facciones estaba lejos de concluir. En el reacomodo de las fuerzas fueron asesinados los principales jefes revolucionarios: Zapata en 1919, Carranza en 1920, Villa en 1923, y Obregón en 1928.
Actualmente no existe un consenso sobre cuándo terminó el proceso revolucionario. Algunas fuentes lo sitúan en el año de 1917, con la proclamación de la Constitución mexicana, algunas otras en 1920 con la presidencia de Adolfo de la Huerta o 1924 con la de Plutarco Elías Calles. Incluso hay algunas que aseguran que el proceso se extendió hasta los años 1940
Durante la Colonia muchos pueblos pudieron conservar algunas propiedades comunales, llamadas de forma genérica «ejidos». La Ley Lerdo de 1856 declaró baldías las propiedades corporativas, particularmente las de la Iglesia y las comunidades indígenas. Entre 1889 y 1890 el gobierno de Díaz dispuso que las tierras comunales se hicieran parcelables. Los nuevos propietarios, no acostumbrados a la propiedad privada, fueron estafados por particulares o funcionarios. Como resultado mucha de la población indígena se vio sin posesión de tierras, teniendo que emplearse en las haciendas cercanas. Otra serie de leyes de deslinde de los años 1863, 1883 y 1894, en las que una parcela sin su respectivo título podía considerarse como terreno baldío, propició que aquellos que tuvieran los recursos necesarios se hicieran con grandes porciones de tierra. Para 1910 menos del 1% de las familias en México poseían o controlaban cerca del 85% de las tierras cultivables. Los pueblos, donde se albergaba el 51% de la población rural, contaban con tan sólo pequeñas porciones de tierra y la mayor parte de ella dependían de las haciendas vecinas. Además, las leyes y la situación nacional favorecía a los hacendados, pues eran los únicos con acceso a créditos y a proyectos de irrigación por ejemplo. Por su parte, los pequeños pueblos y agricultores independientes se veían obligados a pagar altísimos impuestos. Esta situación afectó grandemente a la economía agrícola, pues las haciendas tenías grandes porciones sin cultivar y eran menos productivas que las propiedades menores.[

miércoles, 13 de octubre de 2010

--Levantamiento de los indigeneas en el siglo XVIII --

Introducción

En el siguiente informe presentaremos algunos temas como por ejemplo cuales fueron los primeros levantamientos indígenas, explicaremos las terminaciones “guerra defensiva” y “guerra ofensiva”, algunos de los principales gobernadores chilenos entre los siglos XVI, XVII y XVIII, y sin dejar de mencionar sus principales obras.
Principales levantamientos indígenas (siglos XVI, XVII y XVIII).
La expedición de Valdivia no fue sólo de conquista, sino también de colonización pues, junto con sus soldados, trajo indios peruanos para asentarlos en las nuevas tierras ocupadas, así como semillas y algunos animales domésticos. Pero la base de la nueva organización económica, como en todas las tierras americanas colonizadas por los españoles, sería la encomienda o repartimiento de indios. Los indios que habitaban un territorio ocupado por los españoles quedaban obligados a trabajar, ya fuera en la agricultura o en la minería, para los encomenderos o colonizadores hispanos, entre los que el jefe de la expedición y más tarde los gobernadores realizaban el repartimiento.
En el período colonial, la explotación minera tuvo escaso desarrollo, y la economía chilena era esencialmente agraria. En las tierras del Chile central, junto a los cultivos indígenas, pronto se introdujeron los mediterráneos, trigo y vid, exportados sobre todo a los centros mineros de Bolivia y Perú. A medida que se fue consolidando la presencia hispana en las tierras más húmedas del sur, se fue introduciendo y desarrollando también la ganadería.
¿Qué fueron parlamentos?
Considerando el fracaso de la guerra defensiva, Felipe IV resolvió darle término, mandando se atacase a los mapuches y se redujese a los prisioneros a la esclavitud.
La guerra continuó con las más variadas alternativas. Los levantamientos fueron generalmente encabezados por el toqui Lientur y por el mestizo Alejo. Hubo grandes combates como el de las Cangrejeras en 1929 y Albarrada, en 1633.
Más tarde el Gobernador, Francisco López de Zúñiga, marqués de Baides, era partidario de buscar un entendimiento con los araucanos; para lo cual contó con la ayuda de los jesuitas. Impulsado por la idea, celebró en el año 1640 una gran reunión o parlamento con los principales jefes mapuches, a orillas del río Quillín. Los españoles reconocieron la libertad de los araucanos en sus territorios y estos permitieron el ingreso a la Araucanía de sacerdotes misioneros.
Nuevos parlamentos se llevaron a cabo durante el siglo XVII y XVIII, pero la belicosidad de los araucanos y los intereses de los españoles no permitieron la paz. Se siguieron repitiendo los levantamientos generales que invariablemente terminaban en reuniones donde se prometía la paz. Los parlamentos más importantes realizados en el siglo XVIII fueron los de Negrete y Lonquilmo en la época colonial y varios realizados durante el período republicano.
Guerra Defensiva.
En 1612 el Gobierno acogió el sistema de guerra del Padre Jesuita Luis de Valdivia que se basaba en sentimientos humanitarios. Valdivia que había celebrado con los indios el parlamento de Paicaví, los creía dispuestos a la paz.
Se abolió el servicio personal de los indios encomendados, se puso en libertad a los prisioneros, dejó a los mapuches en posesión de los territorios al sur del Bio-Bío. El ejército se concretaría a defender esa línea en caso de que los indios intentasen pasarla. En cambio, se enviaron misioneros a la Araucanía a predicar la fe católica y a inducir a los naturales a aceptar la dominación española.
El nuevo procedimiento resultó un completo fracaso, pues los araucanos dieron muerte a los misioneros y volvieron a tomar las armas.
Guerra ofensiva.
Este sistema se venía empleando desde los principios de la conquista, consistió en atacar a los indios por las armas, enviando expediciones a la Araucanía, que era la única región del país cuyos pobladores se negaban a someterse. A veces para justificar este procedimiento, se procesaba a los indios según las leyes españolas, declarándoseles rebeldes y traidores al rey y a Dios, condenándoseles por ello a las penas muerte y confiscación de sus tierras. En seguida se enviaba a un ejército a ejecutar la sentencia de los jueces.
Esto generó encender guerras interminables y provocar grandes rebeliones que se extendieron a las comarcas ya pacificadas al norte del Bio-Bío.
En esta guerra encontró muerte don Pedro de Valdivia en Tucapel, y el gobernador de fines del siglo XVI Martín García Oñez de Loyola en Curalava, donde fue atacado por las fuerzas del toqui Pelantaru.
A la muerte de Oñez de Loyola siguió un levantamiento en toda la Araucanía. Todas las ciudades del sur se perdieron. A raíz del Desastre de Curalava, el gobierno español encargó la gobernación de Chile a don Alonso de Ribera, militar de reconocida experiencia, para que terminara definitivamente con el problema mapuche.
Lo primero que realizó fue establecer una línea fronteriza, recorrida por fuertes y guarniciones militares en el río Bio-Bío y que lentamente fue corriéndose hacia el sur. Estableció un ejército permanente de soldados disciplinados que estuvieran absolutamente dedicados a sus tareas y creó un destacamento especial denominado los tercios de Arauco; consiguió el envío, desde el Perú, del Real Situado, una cantidad de dinero destinada a cancelar los sueldos de los soldados. Desgraciadamente, no obtuvo de la corte los recursos necesarios y luego se vio obligado por el gobierno de España a aceptar el plan de guerra defensiva del Padre Luis de Valdivia.

martes, 12 de octubre de 2010

- Levantamiento Indigena -

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es una organización armada mexicana de carácter político-militar y de composición mayoritariamente indígena. Su inspiración política es el marxismo y el socialismo científico, y su estructura militar es la guerrilla. Su objetivo es a «subvertir el orden para hacer la revolución socialista y crear una sociedad más justa» (indigenismo).
Salió a la luz pública en el estado mexicano de Chiapas el 1 de enero de 1994 cuando un grupo de indígenas encapuchados y armados atacaron y ocuparon varias cabeceras municipales el mismo día en que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, desestabilizando el sistema político mexicano y cuestionando sus promesas de modernidad. Su objetivo era el derrocamiento del presidente elegido y el establecimiento de un gobierno socialista en México, haciendo alusión al estilo de Cuba, Vietnam o Angola. Tras el fracaso militar de su revolución decidió emprender una actividad política manteniendo las armas y un carácter de guerrilla de izquierda radical. Su mando tiene por nombre Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General (CCRI-CG) del EZLN.[1]
En la actualidad sobrevive en algunas comunidades de Chiapas ante la indiferencia del gobierno mexicano y con el sustento del turismo, de la población indígena local y con el apoyo financiero del extranjero.

Antecedentes
Durante el régimen del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que duró 71 años, los movimientos campesinos, obreros y populares que disentían del modelo de nación priísta enfrentaron consecutivas y sistemáticas represiones Esto dio paso a que muchos jóvenes consideraran los canales legales de participación política cerrados y apostaran por la formación de organizaciones armadas clandestinas para buscar el derrocamiento de un régimen que desde su punto de vista era autoritario, y mejorar así las condiciones de vida de la población.
De una de estas organizaciones, las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN), surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Las FLN se fundaron el 6 de agosto de 1969 en el norte del país: (Monterrey, Nuevo León) y, a decir del general Mario Arturo Acosta Chaparro, en su informe Movimientos subversivos en México, “tenían establecidas sus zonas de operaciones en los estados de Veracruz, Puebla, Tabasco, Nuevo León y Chiapas”.
En febrero de 1974 se suscitaría en San Miguel Nepantla, Estado de México, un enfrentamiento entre una unidad del Ejército federal, al mando del teniente coronel Acosta Chaparro, e integrantes de las FLN, algunos de los cuales perderían la vida a raíz del combate, como Carmen Ponce y Dení Prieto, y otros serían arrestados como María Gloria Benavides, quien denunció haber sido torturada.
Como consecuencia de este enfrentamiento, las FLN perdieron su capacidad operativa. A principios de la década de los ochenta algunos de sus militantes decidirían la fundación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Así, el 17 de noviembre de 1983, un grupo de personas entre los que se encontraban indígenas y mestizos, declaran formalmente constituida la formación de un ejército regular que el 1° de enero de 1994 saldría a la luz pública bajo la declaración de guerra al gobierno mexicano.